Reflexión Grupal Módulo 2
LA COMPETENCIA COMUNICATIVA DEL ORIENTADOR
Como
introducción a nuestra reflexión, queremos hacer mención a la ponencia
de Fernando Aguilar-Galindo Ávila “Desarrollo de competencias
comunicativas”.
En
la sesión del ponente, destacamos los siguientes conceptos que creemos
importantes y necesarios para mejorar la competencia comunicativa de las
personas dedicadas a la orientación laboral:
- La comunicación verbal: ha señalado la importancia de las palabras que decimos, comparando el lenguaje reactivo frente al proactivo. Estos tipos de lenguaje responden a distintos tipos de personalidad. Reactividad vs. Proactividad. Relacionado con esta comunicación verbal, se destacó la relevancia del uso de ciertas palabras (por favor, gracias, lo siento) para acercar a los interlocutores.
- La presencia de la comunicación no verbal en toda conversación: nos proporciona información de la persona que habla y también emite información sobre nosotros (muchas veces inconsciente). Al parecer, este tipo de mensajes tienen mayor impacto que los verbales, e incluso pueden cuestionar el contenido de nuestro mensaje. Elementos denominados “paralenguaje” como el volumen, el tono, las posturas, los gestos, pueden tener efectos negativos sobre el receptor, tanto si no se adaptan a sus características personales, como si no guardan coherencia con el contenido del mensaje.
- Valoración de la comunicación interpersonal frente a la impersonal, puesto que contiene una serie de elementos necesarios en la actividad comunicativa de la persona orientadora: adaptación de la conducta al interlocutor, interdependencia, afectividad y con valor en sí misma. El elemento esencial de este tipo de comunicación es el feedback o retroalimentación.
- En esta comunicación interpersonal se ha puesto de relieve la responsabilidad del emisor en la comprensión precisa del mensaje por parte del receptor. Analizando esta relación (emisor vs. receptor) se han señalado unos axiomas pragmáticos de la comunicación, de los que podemos deducir dos niveles de comunicación, de contenido y de relación, a los que corresponden dos tipos de lenguaje necesarios: el lenguaje matemáticamente correcto y el lenguaje por imágenes, cargado de emoción.
- Frente a las barreras que podemos encontrar en la comunicación (información conflictiva, percepción, cultura, emoción, contorno…) tendremos que alcanzar una eficacia comunicativa:
- Desarrollando habilidades-competencias sociales: la capacidad de adaptación, el conocimiento de técnicas comunicativas, la empatía, la asertividad, la elaboración de distintos escenarios y la auto-observación.
- Creando ambientes positivos: al interlocutor se le reconoce, se le acepta y se le aprueba, evitando la falta de consideración, el ataque personal o no tenerle en cuenta.
- Evitando la desvirtuación de la comunicación: es necesario apoyar la información verbal con soportes documentales o audiovisuales.
- Dando coherencia al mensaje usando una serie de verbos de acción (alcanzar, lograr, reducir,...), complementos cuantitativos, frases ilustrativas o frases cortas que contengan una sola idea.
- Eligiendo vías de comunicación adecuadas: subjetiva, afectiva, objetiva y egocéntrica. Destacamos la vía objetiva como una opción en la que tenemos en cuenta al otro y al objetivo, aunque se pueda alternar con los otros tipos.
- Reconociendo nuestras actitudes en la comunicación para poder mejorarla: de evaluación, interpretación, apoyo, entrevista o investigación, solución-decisión, o escucha comprensiva o reformulación. Esta última parece ser la más eficaz para lograr una verdadera comunicación interpersonal, porque primero se escucha atentamente al interlocutor y después se reformula lo que ha dicho, para asegurar una comprensión precisa. Esta actitud puede ayudarnos a desactivar estados de alteración como la cólera, la angustia, el miedo, tan habituales en el trabajo diario de las personas orientadoras.
- Usando adecuadamente las diferentes tipologías de preguntas según la información que queramos obtener: abiertas, cerradas, categorizadas, de alternativa, de devolución, de reflejo o control, o inductivas.
- La importancia del feedback en la comunicación en la escucha comprensiva; ya sea de tipo positivo o negativo tenemos que conseguir que sea eficaz con las pautas siguientes:
- Aplicable a un comportamiento susceptible de ser cambiado.
- Neutro: siendo más descriptivo que valorativo.
- Oportuno: aplicarlo cuando y como sea preciso hacerlo.
- Solicitado, más que impuesto.
- Objetivo: debe ser claro, evitando rodeos o evasivas.
- Directo: tiene que hacerse personalmente, siendo el feedback negativo a través de terceros contraproducente.
- Específico: no puede ser difuso o abstracto.
- Comprobado: que haya una retroalimentación que asegure su comprensión.
- Los beneficios del feedback se extienden al nivel grupal e individual, tanto para conseguir una comunicación recíproca eficaz y positiva, como para descubrir la imagen que los demás perciben de nosotros, que nos ayudará a rectificar nuestras actitudes y mejorar nuestra auto-valoración. En relación a estas áreas personales se nos presenta la ventana de Johari, un modelo que resulta muy útil para realizar una aproximación al fenómeno de la comunicación y analizar la dinámica de las relaciones interpersonales. La ventana de Johari y los niveles de comunicación
LA COMPETENCIA COMUNICATIVA Y LA ORIENTACIÓN LABORAL,
CONCEPTOS, PROBLEMAS Y SOLUCIONES
El
Orientador laboral en el desempeño de su profesión, debe de poseer unas
determinadas competencias o potenciarlas. Entre ellas haremos mención a
una de las que nos parecen más relevantes, “La Competencia
Comunicativa”.
La Competencia Comunicativa es
saber adaptar el lenguaje al receptor, transmitir ideas de forma
adecuada. Es la habilidad para escuchar, hacer preguntas y gestionar el
silencio, etc. Comunicarse no es una tarea fácil, aunque es algo que
hacemos de forma inconsciente, por ello no le dedicamos el tiempo
necesario para su aprendizaje. Pero la realidad diaria en el trabajo y
en otros ámbitos, nos demuestra que los malentendidos, las situaciones
tensas tienen su origen en el desconocimiento de esta habilidad. La
Orientación profesional consiste en ayudar a personas desempleadas, o
aquellas que quieran cambiar de empleo, a conseguir un puesto de
trabajo. Esto se consigue proporcionando asesoramiento, información y
para ello necesitamos emplear el lenguaje y la comunicación. Por esta
razón, el personal de orientación debe de tener en cuenta que para
fomentar el diálogo, tiene que, además de tener la habilidad para
manejar una lengua, a poder ser la misma que la persona orientada,
saber comunicarse correctamente y usar un lenguaje compartido con esa
persona. Debemos tener en cuenta también que el lenguaje puede ser un
indicador de distancia o de proximidad entre dos personas y afecta de
forma directa a la motivación. Utilizar un lenguaje demasiado elevado
para la persona orientada puede producir una sensación de
distanciamiento o una actitud de desconfianza. Tratar de simplificar o
explicar excesivamente los conceptos puede despertar en esa persona
reacciones o sentimientos negativos. Por ello, el orientador debe de
esforzarse en adaptarse al nivel de la persona orientada, para “hablar
el mismo idioma”. Debemos tener en cuenta además, que detrás del
lenguaje se encuentra el tono de voz, los gestos y las miradas, las
posturas corporales, que son medios de transmisión de información que no
siempre se dominan y que se conocen como comunicación no verbal. Otro
de los factores que pueden favorecer una buena comunicación es la
capacidad de escuchar. El saber escuchar en el orientador sirve para
recoger dudas y opiniones de la persona que tenemos delante. Por lo
tanto una escucha activa facilita la correcta interpretación del mensaje
emitido.
Así
pues, es importante que tengamos en cuenta todos estos aspectos
anteriores ya que la primera impresión que tenemos de las personas, tal
vez de una forma inconsciente, nos lleve a catalogarlas, a etiquetarlas,
distorsionando la comunicación y determinando en cierta medida nuestras
reacciones ante la otra persona. Por ello debemos de ser conscientes
de estos factores perturbadores. Sin embargo, en el día a día es difícil
tener siempre presente esa consciencia, pues el flujo de gente es
continuo y en cuestión de segundos tienes que valorar, sólo por el
aspecto o por unas pocas frases, como es esa persona y adaptarte a ella.
Cada una viene con su problemática y eso requiere por parte del
orientador realizar un gran esfuerzo para, además de intentar “hablar el
mismo idioma”, ofrecerle una respuesta adecuada a sus intereses e
inquietudes, con lo que es probable que según pasan las horas la
comunicación vaya perdiendo calidad, prestándole menos atención a estos
factores.
A
continuación consideramos de interés mencionar algunos elementos
relacionados con la comunicación, que son imprescindibles para que toda
comunicación fluya de forma positiva y que son: la comunicación verbal y
no verbal, la comunicación escrita, las barreras de la comunicación o
los estilos comunicativos.
En relación a la Comunicación verbal,
podemos diferenciar habilidades comunicativas, centradas en la persona
demandante y aquellas cuya finalidad es influir sobre ella. Entre las
primeras se destaca como la más empleada la pregunta abierta o cerrada, o
el parafraseo, el resumen. Entre las segundas se encuentran las
redefiniciones o la clarificación. También es importante tener en cuenta
la importancia que tiene la retroalimentación o feedback, que nos
indica que la comunicación es efectiva, que nos están siguiendo o que
debemos ampliar datos.
Atendiendo ahora a la Comunicación no verbal,
aquí estarían incluidos todos los recursos empleados por el personal
de orientación que no se encuentran basados en la palabra, sino
sustentados en el contacto visual, los silencios, los gestos de
absentismo con la cabeza, expresiones faciales, las posiciones del
cuerpo, el movimiento de las manos etc.
Es muy importante, que los mensajes verbales y no verbales, sean coincidentes, para que la comunicación sea efectiva.
En cuanto a la Comunicación escrita
siempre esta presente en el trabajo diario, ya que es necesario en
muchas ocasiones: concertar citas, anular citas,etc, lo que permite
dejar constancia de su envío. En este tipo de comunicación, la regla a
seguir sería ser: breve, claro, conciso y preciso.
A
pesar de estos diferentes modos de comunicar, no podemos olvidar que el
orientador laboral, en su labor, en la mayor parte de las ocasiones
tiene que hacer frente a diferentes barreras de la comunicación, entre
ellas a las ambientales. No siempre se dispone de espacios adecuados que
faciliten la labor de orientación: ruidos, interrupciones, teléfonos,
son una constante a la que debe de hacer frente. Esto se resolvería,
dotando a este servicio de espacios en los que ante todo se garantice
una cierta intimidad y un ambiente más propicio. Pero existen otro tipo
de barreras,de tipo comunicativo, que el orientador si puede evitar
asumiendo una actitud empática (poniéndose en el lugar del otro),
utilizando la retroalimentación y escuchando con atención.
Otro aspecto que influye de forma muy directa en cualquier comunicación son los diferentes estilos de comunicación:
el agresivo, el pasivo y el asertivo. En función de las circunstancias
podemos adoptar uno u otro estilo pero el más recomendable en
orientación sería el asertivo, ya que nos garantizaría un mayor éxito en
nuestra labor. Entre las pautas a seguir para una buena comunicación
podemos señalar:
- Evitar hacer juicios o poner etiquetas.
- No menospreciar a la persona.
- Ser abierto, flexible, con sentido de humor.
- En la conducta no verbal se debería mantener un buen contacto visual, adoptar una postura relajada, tener una expresión facial apropiada.
- En la conducta verbal debemos utilizar un lenguaje directo, no hacer evaluaciones sobre los demás, admitir y tener en cuenta diferentes alternativas.
No
debemos olvidarnos de los sentimientos ya que también juegan un gran
papel. El orientador debería de demostrar positivismo, bienestar y no
dejarse llevar por los pensamientos negativos del usuario. Debe tener
capacidad para resolver conflictos de una manera adecuada, ejerciendo
control sobre la situación y una actitud negociadora, evitando
confrontaciones y tensiones.
Así
pues, en todo proceso de comunicación con el usuario, debería aplicarse
el silencio, la sintonía, la escucha activa, el parafraseo, la pregunta
poderosa, el feedback, etc... Esto implica que el orientador debería de
conocer todas estas herramientas para aplicarlas de la manera más
adecuada. En la práctica diaria, en ocasiones, estamos más preocupados
en transmitir información, que en escuchar, es decir, no siempre se sabe
escuchar, a pesar de ser una de la principales habilidades que debería
tener un orientador; y esto es fundamental para poder hacer un
diagnóstico de la situación que partimos en el proceso de orientación y
poder planificar distintas acciones.
En
definitiva, en base a lo expuesto anteriormente, consideramos que todo
orientador laboral, debería de estar dotado de habilidades
comunicativas, para poder relacionarse de una manera coherente, eficaz y
correcta con las personas, alcanzar los objetivos establecidos y
desempeñar su profesión de forma adecuada. Por lo que sería fundamental
adquirir conocimientos, habilidades y actitudes que nos permitan tener
una competencia comunicativa ya que dicha competencia nos permitirá
evitar muchos de los errores que se cometen como pueden ser: extraer
conclusiones de una forma precipitada, hacer generalizaciones, tener una
percepción selectiva del mensaje, etc.
Hay
gente que nace con el “don” de la comunicación y para el/la que, aún
sin saberlo, la asertividad, el feedback, la escucha activa… forman
parte de su forma habitual de comunicarse con el resto del mundo. Hay
gente, posiblemente la mayor parte, que no tiene ese “don”. ¿Es posible
aprender a ser comunicativo? En teoría debería de serlo (¿si no para qué
estamos estudiando este módulo?), en la práctica más que aprender es
cuestión de practicar, valga la redundancia, cambiando nuestra forma de
ver el mundo, haciéndonos más abiertos de mente, esforzándonos por
ponernos en el lugar del otro, intentando tratar a la persona que viene a
nuestro servicio de orientación como nos gustaría que nos trataran a
nosotros si estuviéramos en su misma situación, intentando ser más
positivos y buscar soluciones, no ver sólo problemas. Si nosotros
estamos bien, nos comunicaremos mejor, tanto en la comunicación verbal
como en la no verbal, ayudando a crear con la persona que tenemos
enfrente una mayor sensación de confianza, un paso importante a la hora
de orientar a alguien. Pero este aprendizaje requiere tiempo, no es algo
inmediato, cambiar no es fácil pero hay que intentarlo y al final, si
se consigue mínimamente, merece la pena.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Deixa aquí os teus comentarios